La respuesta es categórica, sí. Y es que las chinches son uno de los insectos más frecuentes y también más dañinos en el campo por los cuantiosos daños que causan. Esos daños no solo se provocan en cultivos agrícolas sino que también afectan con intensidad a las plantas de huertos y jardines.
¿Qué son las chinches?
Las chinches del campo (Spilostethus pandurus) son insectos de la suborden heteroptera que a su vez pertenecen a los hemípteros. Existen diversas familias de estos insectos con distintos hábitos alimenticios. Aunque lo más frecuente es que sean fitófagos, es decir, que se alimenten de la parte interna de las plantas afectando a su desarrollo y crecimiento.
¿Por qué las chinches de campo son un gran problema?
Las características de estos insectos hace que sean fácilmente adaptables a todo tipo de condiciones climáticas y terrenos. De hecho, las chinches de campo son capaces de atacar y alimentarse de multitud de plantas distintas. Esto sumado a su alta movilidad hace que las chinches de campo se propaguen con enorme facilidad afectando a una mayor cantidad de plantas y cultivos diferentes. El césped y la planta del maíz son solo dos de sus “manjares” favoritos. En este sentido, uno de los indicadores más claros de la presencia de chinches de campo en nuestro jardín es la aparición de zonas de color amarillento o castaño en algunas plantas, lo que indica que el insecto las está devorando poco a poco. Más allá del daño a nuestras plantas o cultivos, no debemos olvidar que estas chinches, igual que las chinches de la cama, pueden provocar molestas picaduras.
¿Cómo controlamos y eliminamos las chinches en nuestro huerto, jardín o cultivo?
Aunque hay remedios caseros como la cúrcuma en polvo, el aceite de menta o lavanda, si la plaga está ya asentada y afecta a una gran superficie del huerto, jardín o cultivo es el momento de buscar ayuda profesional.
Los profesionales en control de plagas serán los encargados de localizar la plaga y aplicar todos aquellos métodos de control fitosanitario para evitar y prevenir que este tipo de insectos acaben con plantas cultivadas, forestales u ornamentales.
En este tipo de plagas son controladas normalmente usando productos químicos como pesticidas o insecticidas. Sin embargo, y dada la cada vez mayor resistencia de estos insectos a esos productos químicos, los profesionales pueden recurrir a soluciones orgánicas y naturales que garantizan la eliminación de estos insectos y también la preservación del medio ambiente.
De todas maneras, lo mejor para combatir estas plagas es prevenirlas. Para ello es fundamental un suelo fértil y sano, adaptado al tipo de plantas sembradas o cultivadas en él y con una fertilización y abono adecuados.
